Una realidad poco conocida del Islam es que, como en otras religiones nacidas en Oriente Próximo, su calendario religioso no se guía por el Sol, sino por la Luna. El calendario religioso islámico toma como referencia los ciclos de la Luna: cada 29 o 30 días aproximadamente, la Luna pasa por sus 4 fases. Por eso, el calendario musulmán tiene 12 meses lunares que no coinciden con los 12 solares. De esta manera las fiestas religiosas van cambiando de fecha según van pasando los años, hasta que cumple un ciclo de 33 años y vuelve a caer en la misma fecha.
Además hay que tener en cuenta que el calendario islámico no se inicia con el nacimiento de Cristo sino con la Hégira (huida de Mahoma a la ciudad de Medina) en el año 622 de la era cristiana.
